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Ingeniería de la nube: Qué mover y qué no para la migración a la nube de tu empresa

Migrar a la nube es una de las principales prioridades para muchas organizaciones que buscan someterse a la transformación digital. Si bien la nube ofrece beneficios como seguridad, escalabilidad y disponibilidad, el proceso de migración es complejo y requiere una planificación cuidadosa, el apoyo de expertos y el presupuesto adecuado para tener éxito. Es importante tener en cuenta que la nube no es una solución a todos los problemas y sólo puede solucionar cuestiones como la seguridad de los datos y las aplicaciones si se abordan los problemas subyacentes.

Al considerar el paso a la nube pública, es crucial evaluar cuidadosamente qué aplicaciones, herramientas y datos serán los más adecuados para este entorno. Puede que no sea aconsejable migrar a la nube determinados elementos, como las aplicaciones con elevados requisitos de seguridad y cumplimiento o las herramientas heredadas complejas, ya que es posible que deban repararse en este entorno. Por otro lado, las aplicaciones y sistemas de colaboración que requieren alta disponibilidad y escalabilidad pueden beneficiarse significativamente de la migración a la nube.

A continuación le indicamos lo que debería migrar a la nube pública para obtener beneficios:

  1. Aplicaciones de colaboración: migrar las aplicaciones de colaboración a la nube puede beneficiar a las organizaciones, especialmente a medida que el modelo de trabajo híbrido se hace más frecuente. Al trasladar este tipo de aplicaciones a la nube, las organizaciones pueden facilitar la comunicación y el intercambio de datos sin interrupciones, lo que mejora las operaciones y acelera la consecución de objetivos.
  2. Sistemas que requieren alta disponibilidad y escalabilidad: Este tipo de sistemas pueden beneficiarse significativamente de su migración a la nube debido a sus excepcionales capacidades de recuperación ante desastres y continuidad del negocio. La capacidad de la nube para aumentar o disminuir la escala según sea necesario también es beneficiosa para las aplicaciones y los sistemas que necesitan ajustar su capacidad en función de la demanda. En general, estos tipos de sistemas se adaptan bien al entorno de la nube.

Y esto es lo que no debe migrar a la nube pública:

  1. Aplicaciones de alta seguridad: Las aplicaciones con altos requisitos de seguridad y cumplimiento pueden no ser adecuadas para la migración a la nube debido a las preocupaciones sobre el control y los riesgos de seguridad. Mantener estos datos y sistemas en las instalaciones o en una nube privada puede ser más beneficioso, ya que esto puede proporcionar un mayor control y permitir niveles adecuados de seguridad y gobernanza para proteger contra ataques y usos indebidos.
  2. Herramientas heredadas complejas: Las herramientas complejas son demasiado propietarias o demasiado complicadas para el entorno de la nube, pueden no ser adecuadas para la migración y deben dejarse como están. Aunque la nube ofrece cierto nivel de seguridad de cara al futuro, puede que no merezca la pena migrar este tipo de aplicaciones si requieren una rearquitectura o grabación sustancial para funcionar correctamente en la nube. En tales casos, puede ser más apropiado poner en desuso la herramienta en lugar de intentar migrarla.
  3. Sistemas altamente personalizados: Las aplicaciones con altas dependencias y los entornos con deuda técnica pueden no ser adecuados para la migración a la nube debido a la dificultad de gestionarlos y operarlos en este entorno, lo que puede resultar en mayores costes. Puede resultar más eficaz reconstruir estas aplicaciones utilizando herramientas sin código o basadas en microservicios en la nube en lugar de intentar migrarlas.

Dado que se espera que el mercado mundial de la computación en nube alcance su punto álgido en 2025, es indispensable planificar y preparar cuidadosamente una migración a la nube con éxito. Este importante proceso requiere una planificación cuidadosa y precisión para lograr los mejores resultados. Por lo tanto, es importante ser consciente de los retos y seleccionar cuidadosamente las aplicaciones y sistemas que más se beneficiarán de un entorno en la nube.